Y AHORA, ¿QUIÉN PODRÁ CALENTARNOS?
Tengo frío.
En la tele dicen que porque no llueve y no sé que diablos más la temperatura está más baja que de costumbre.
Tengo más frío. Pero además tuve la posibilidad de comprar un escaldasono alternativo y tengo la suerte de vivir a un minuto de mi trabajo. ¿Y el resto? Me refiero a la gran mayoría.
Resulta que el resto ya se banca horas de Transantiago y ahora tendrán que bancárselo bajo cero. De temer.
Por eso es que por estos días la rabia contra los argentinos se hace sentir más fuerte por acá. Y no es que justifique las siempre folclóricas actitudes chauvinistas de la mayoría de los chilenos, pero tampoco me causa gracia que los vecinos nos corten el gas. Y ya lo cortaron. De hecho.
Y es que si a los políticos ya es difícil creerles, más lo es creerles que de al lado van a volver a abrir la llave si ni siquiera les queda para ellos. Complicado.
Y ahora, ¿quién podrá calentarnos? Vamos ché. Hagamos un trueque y dejémonos de quilombos. Si nos cortan el gas pásennos de vuelta a Luciana Salazar, que ya nos calentó bastante cuando era grito y plata en Chilín. Ahora, que no existe, fijo se empelota al toque y nos sube la temperatura gratis. Por ni uno.
Bueno, si no quieren perder tanta silicona invertida en una sola mujer escupan de vuelta a Rocío Marengo que, aunque menos operada que la Luli, igual nos levanta el termómetro mostrando los calzones como loca por el baile. Hot.
Y si no, viste, mándense el combo completo de argentinas “tipo b”. Total, Amalia, Wanda, Jessica, Facunda o quien sea juntas calientan más que tomarse matecitos por chorreo. No somos exigentes.
De vuelta, si quieren, les mandamos a Marlencita, Julita, Sarita, Cosita y todas nuestras itas pa’ que se entretengan. En una de esas, hasta le ponen los cuernos a otro de los suyos. ¿Les tinca?
No jodan pibes, si somos hermanos. Chócale.