miércoles, 20 de junio de 2007

PINILLA Y LOS CAMPAMENTOS




Me sorprende cómo se puede paralizar tan fácil un país. Así. De una.

Y no me refiero a una parálisis provocada por el frío después de las lluvias, sino a un congelamiento mental que dejó a la mayoría de Chile hablando de un solo tema: Mauricio Pinilla.

No exagero. Durante las últimas dos semanas la tele se ha encargado de poner sobre la mesa un tema tan trascendente como la supuesta infidelidad de la Coté López hacia su esposo, el pobre Mago Jiménez, con el nuevo ícono de la promiscuidad dejateuna: Mauricio “Pinigol” Pinilla.

Y es que ya perdí la cuenta de las boletas de motel, las grabaciones de seguridad, las mentalistas, las modelos fáciles, las mentiras de la Coté y los perdonazos del Mago con que nos han bombardeado los últimos días.

¿Y? Nada poh. Las minas ricas que se tiró Pinilla siguen peleándose, Luisi sigue perdonando a su esposa, el Transantiago sigue sin funcionar y la lluvia sigue cayendo en la capital con más frío que pingüino impotente.

¿Y? Nada poh. Aún quedan campamentos en Santiago donde la gente se moja y se caga de frío. Hoy estuve en uno. Y la semana pasada en dos.

Y es que si bien el periodismo de farándula me demanda pasar la mañana escribiendo chistes sobre los encantos del Mauri y la chasca teñida de la Coté, en las tardes he tenido la oportunidad de apoyar a la campaña de “Un Techo para Chile”. Y eso sí que ha sido gratificante.

En Lo Espejo está “Vista Hermosa”. El campamento más grande que queda en Santiago después de la recordada toma de Peñalolén. Son 300 familias. Y 125 ya están listas para cambiarse a las mediaguas que el Techo les otorgó después de ahorrar casi todo un año.

¿Saben? Las mujeres del campamento miran de lejos las aventuras amatorias de “Pinigel”. Les sirve para reírse un rato mientras toman aire para seguir en su causa. Aburridas de la pobreza y el frío se organizaron y se pusieron nombre. “Juntas podemos”. Y es que si ellas pueden salir de la pobreza en la que viven, ¿por qué otras minas más jóvenes y con más oportunidades pierden su tiempo agarrándose por “Pinirron”?

Fácil. Las chiquillas de Lo Espejo así como muchas más en los campamentos que quedan tienen un objetivo, un horizonte, una misión. ¿Y las otras? Mmmm, me guardo la duda.
Bien por Pinilla. Él ya la hizo. Lo vamos a recordar como la promesa que se convirtió en gurú. Pero de las modelos chulas.

A ustedes chiquillas, las de Lo Espejo y las demás, las recordaremos en cambio como las que se la pudieron, no con Pinilla, pero sí con un enemigo más heavy. Pobreza, creo que le dicen.

Y usted. ¿sigue preocupado (a) de Pinilla, o se pone con “Un Techo para Chile”?

Ambas también es una opción.

domingo, 10 de junio de 2007

MARÍA JOSÉ "COTÉ" LÓPEZ Y PINILLA



¿QUERÍAN ALGO MÁS?