Todo el mundo sabe (bueno, el minúsculo mundo de mi círculo cercano) acerca de mis antiguos e insistentes deseos de trabajar en “Caiga Quien Caiga”. Grouppie sin asco del show de noticias, cuando entré a la tele me propuse algún día vestir el traje negro y ser parte lo que algunos llaman “la cremme” de los noteros.
E hice el intento. Mientras todos veían por la pantalla ese casting de jóvenes anónimos y algunos apitutados que querían a toda costa trabajar en Caiga, yo me hice mi propio reel que, según una encuesta rápida a personas que no me conocían y a quienes les caigo mal, fue muy bien evaluado.
Después de mucho hinchar las bolas finalmente se lo entregué a Larraín (no a Tito, sino que al canoso de garganta gastada) y me quedé con la tranquilidad de que me llamarían. Tenía los méritos y las ganas. Pero no. Hoy soy feliz trabajando en “Alfombra Roja”, pero “CQC” era una espina que no me podía dejar para siempre.
Nunca entendí porqué fui rechazado. La sentencia de los peces gordos de “Cuatro Cabezas” fue: “lo vimos, pero no nos prendió... te falta. Suerte”. Filo. No me quedé con las ganas de intentarlo y sigo feliz de la vida como notero en el 13.
Pero hay algo más y bien extraño por cierto. Sebastián “Cushillo” Eyzaguirre conoció hace algo más de un mes a mi entonces ex polola en un carrete en Valpo (ahora estamos mejor que nunca tratando de volver). La miró, le gustó y se acercó a conocerla (por no decir a jotearla). Y me di cuenta que el mundo es un sucio pañuelo. Cuando ella le contó que habíamos pololeado casi cuatro años, Sebita casi se cayó de poto y acuñó una frase para el bronce: “se la tenía bien guardada el pendejo”. Gracias por quitarme la edad Sebas.
Olvidé consignar que mi mujer no pescó ni en bajada al Eyza. Y podrá sonar como a picota, pero eso es lo que hizo ella. El tipo aún insiste, la llama varias veces a la semana y naca la pirinaca. ¿Por qué en Caiga no me pescaron ni en bajada si yo estaba pintado para ellos? Debe ser lo mismo que se pregunta “Cushillo” ante la indiferencia de mi pareja, aunque con la variante de “¿por qué no me pesca si soy rico y famoso?”.
Aún quedan mujeres a quienes la fama les da lo mismo y aún quedan programas que se pierden un buen elemento.
Ahora CQC está a punto de empezar una nueva temporada donde, a priori, no todo es tan lindo como antes (aunque confieso que igual no me lo perderé). Yo estoy mejor que nunca con mi eterna polola y mi actual pega y Sebastián Eyzaguirre se quedó con más que las ganas de adjudicarse una mina linda a quien le dio lo mismo el traje y los lentes negros.
Cada quien con lo que le pertenece. ¡¡¡ Que siga el show !!!.